Hace unas semanas, se publicaron en algunos periódicos asturianos ciertos titulares que afirmaban que Asturias es un referente en España en atención a la diversidad. Una declaración que nos gustaría celebrar, pero que, al analizar el contexto real de nuestras aulas, deja mucho que desear. A continuación, exploramos la situación actual y las carencias estructurales que dificultan que esta afirmación sea una realidad.
¿Qué es la atención a la diversidad y a quiénes afecta?
Hablar de atención a la diversidad supone reconocer la heterogeneidad presente en los centros educativos y, de manera más específica, atender al alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE). Según la LOMLOE, este alumnado requiere una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales (NEE), por retraso madurativo, por trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, por trastornos de atención o de aprendizaje, por desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, por encontrarse en situación de vulnerabilidad socioeducativa, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado.
Según el artículo 71.3 de la LOMLOE, además, la atención del alumnado con NEE debe ser integral, regida por los principios de normalización e inclusión, y comenzar desde el momento en que se identifiquen las necesidades.
Para determinar estas necesidades, es imprescindible una evaluación psicopedagógica realizada por las unidades, departamentos y/o equipos de orientación, quienes envían sus informes psicopedagógicos a la administración para que se asignen recursos y etiquetas pertinentes. Sin embargo, aquí empiezan los problemas.
Obstáculos en el proceso de identificación de las necesidades.
Y es que es importante señalar que no todos los centros educativos asturianos cuentan con un orientador o orientadora a jornada completa; en muchos casos, estos profesionales solo acuden uno o dos días a la semana, lo que provoca retrasos significativos en las evaluaciones, a veces de semanas o incluso meses.
A esto se suma que la administración establece plazos rígidos: los informes del alumnado con NEE, evaluados entre septiembre y mayo, se remiten en este último mes a la Consejería de Educación para su aprobación de cara al curso siguiente, generando un desfase educativo que afecta directamente al alumno o alumna en cuestión.
Con el informe aprobado, se asignan los recursos necesarios para el curso siguiente. A pesar de que la ley establece que las administraciones deben proporcionar medios suficientes para maximizar el desarrollo del alumnado (art. 71.2 LOMLOE). Por lo que, a tenor de lo expuesto, no se cumple adecuadamente en Asturias.
Recursos insuficientes y falta de transparencia.
La dotación de especialistas de Pedagogía Terapéutica (PT) y de Audición y Lenguaje (AL) a los centros educativos sigue resultando claramente insuficiente, lo que supone un obstáculo grave para garantizar una atención adecuada al alumnado con necesidades específicas. Estos profesionales son fundamentales, no solo para la intervención directa, sino también para asesorar y apoyar al resto del profesorado en el diseño de estrategias inclusivas. Sin embargo, el número de especialistas disponibles no cubre las demandas reales de los centros, dejando a muchos alumnos y alumnas sin la atención que necesitan.
A esta insuficiencia se suma otro problema preocupante: la falta de criterios claros y transparentes para determinar la dotación de estos recursos. La Consejería de Educación no hace públicos los parámetros que utiliza para asignar especialistas, generando incertidumbre y desigualdades entre los centros educativos.
Para agravar la situación, Asturias carece de un decreto específico de la diversidad que establezca normas claras, perfiles profesionales, funciones y pautas de intervención. En su lugar, las disposiciones existentes son fragmentadas y dispersas, lo que dificulta la planificación y ejecución de políticas educativas inclusivas.
Este vacío normativo y la ausencia de recursos adecuados ponen de manifiesto que la atención a la diversidad no se aborda como una prioridad estructural en la educación pública asturiana.
Consecuencias para el profesorado y el alumno
La falta de recursos afecta tanto al profesorado como al alumno:
Profesorado : enfrenta precariedad laboral, horarios parciales y una sobrecarga de trabajo.
Alumnado : tiene tres opciones igualmente negativas: etiquetado, segregación o desatención.
Además, los alumnos y alumnas con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), como altas capacidades, vulnerabilidad socioeducativa, TDAH o desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, no son contabilizados a la hora de asignar recursos. Incluso en casos urgentes, como el alumnado que requiere aulas de inmersión lingüística, los recursos son limitados y mal distribuidos.
Propuestas urgentes.
La única forma de garantizar una atención real a la diversidad en Asturias es integrar a los especialistas de PT y AL como parte de la plantilla estructural de todos los centros educativos, asegurando un especialista a jornada completa mínimo en cada centro.
Esto permitiría:
Atender las necesidades en el momento en que se detectan.
Implementar el principio de prevención, incluso desde las primeras etapas, evitando que las necesidades se agraven a lo largo de ellas.
Apoyar al resto del profesorado con estrategias y herramientas efectivas de intervención.
¿Cómo se distribuyen realmente los recursos?
En la presentación del proyecto de presupuestos para 2025, se anunciaron como medidas la incorporación de orientadores adicionales y auxiliares educadores. Sin embargo, estas acciones son insuficientes:
La dotación de recursos depende más de las ratios y de criterios opacos que de las necesidades reales de los centros.
Los auxiliares educadores, aunque sean necesarios, son asignados tarde y en número limitado.
Los programas como PROA+ y Vuela dependen de fondos europeos, no de una financiación autonómica estable.
Conclusión: ¿Es Asturias realmente un referente?
Asturias no puede ser un referente de atención en la diversidad mientras:
No existe un decreto específico que regule esta atención.
Los criterios de dotación de recursos no sean claros ni transparentes.
La asignación de docentes de apoyo depende exclusivamente del número de alumnos etiquetados como NEE.
Los centros no cuentan con personal suficiente para atender sus necesidades reales.
Para lograr una inclusión educativa efectiva, es indispensable contar con un/a especialista de PT y un/a especialista de AL a jornada completa en cada centro a partir del curso 2025-2026.
Hasta entonces, seguiremos lejos de ser un modelo de atención a la diversidad y de inclusión educativa.
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